Creado en 1.989, supone el mercado del futuro y la practica eliminación de los anteriores sistemas de contratación de la Bolsa española, relegando a un segundo plano al tradicional mercado de corros.
El mercado continuo acaba con las barreras temporales y espaciales de la negociación, ya que los sistemas de interconexión informática permiten que un valor se negocie desde cualquier lugar de España con mayor rapidez y comodidad, sin que sea necesaria la presencia de los agentes en el parqué. Gracias al mercado continuo la introducción de ordenes de compra y venta se pueden producir en cualquier momento de la jornada.
La jornada bursátil comienza su actividad a las ocho, con el llamado "período de ajuste", durante sesenta minutos, los agentes discuten las distintas propuestas sobre precios, pero no se realiza ninguna operación. De esta forma, se calcula un precio de equilibrio entre la oferta y la demanda, alcanzando a las nueve de la mañana un precio de apertura para cada valor. Desde las nueve de la mañana hasta las cinco y media de la tarde, los valores son contratados desde los distintos puntos de la península.
El mercado continuo funcionó con la tecnología informática CATS (Computer Assisted Trading System), adquirida por la Bolsa de Madrid a la Bolsa de Toronto en 1.989. Tras la implantación de este sistema, en noviembre de 1.995 se procedió al cambio de la plataforma técnica de contratación por el actual sistema SIBE (Sistema de Interconexión Bursátil Español), desarrollado íntegramente por la Bolsa de Madrid.
El SIBE interconecta las cuatro Bolsas españolas y, por tanto, a todos los intermediarios bursátiles, que pueden dirigir sus órdenes a través de terminales informáticos al mismo ordenador central. Estas órdenes se clasifican según criterios de precio y momento de introducción, y si existe contrapartida al precio fijado en la propuesta, la orden se ejecuta automáticamente.
Este sistema no sólo permite la contratación continua de valores, sino también la difusión de la información bursátil en tiempo real en las pantallas de los operadores. Así, los profesionales conocen en cada momento de la jornada la evolución de cada uno de los títulos cotizados. La transparencia de la información y la rapidez de la difusión contribuyen a agilizar la contratación, beneficiando a los inversores, quienes juegan con la ventaja de negociar en un mercado que ofrece igualdad de oportunidades para todas las personas.