Gracias a este ejemplo vamos a introducir el concepto de dividendo.
Una empresa siempre se crea con el objetivo de ser rentable y obtener beneficios, ya que ésta es una de sus principales razones de ser. Teniendo en cuenta que los accionistas son las personas que arriesgan su dinero para crear una sociedad, una parte de los beneficios obtenidos por la empresa se destina a reservas y otra se reparte entre los propietarios, esta última retribución es el dividendo.
Los dividendos, se constituyen como un complemento muy interesante a la rentabilidad que pueden obtener los accionistas de sus activos, como ocurre en el caso de las personas que invierten su dinero en empresas eléctricas, las cuáles destinan una parte importante de sus beneficios a repartirlos en forma de dividendos, consiguiendo de esta manera garantizarse el accionista una rentabilidad segura.
Si una persona es propietaria de títulos que valen 1.000 pesetas cada uno y que le generan un dividendo anual de 50 pesetas por acción, estará consiguiendo una rentabilidad del 5% procedente del dividendo, pero su rentabilidad total dependerá también de lo que suceda con el precio de estas acciones en la cotización diaria de la Bolsa.